martes, 20 de julio de 2010

O frutos del árbol mental.



Imagen del universo colgado en un árbol mental
Horácio Costa


No necesariamente ahí donde una ve el cierre de algo, está la clausura. Siempre es posible dibujar alrededor de lo que, incluso, existe para cerrar. Hay vacíos geométricos y premeditados que nunca se llenarán, aunque ahora sé o he visto aquí que se requiere de paciencia y técnica para reciclarlos. La ausencia de una pastilla, la incertidumbre de la calca, también dan sus frutos.

Más allá de un arte narcográfico que pareciera obviarnos la ciudad, dibujar minipaisajes en pedacitos plásticos inútiles o desechados es otra forma –sutil– de resistir y de jugar: la de quien ansía en su propio universo una mini legión de frutos de lo implosible, colgados o dibujados o pepenados. Irónicamente en broches, Claudia Ramírez pinta o inventa alrededor del arbolito de la posibilidad, aparentemente naïf en su propia estética y, encima, condicionados por la forma de la máquina que los parió.

Teresa Avedoy


Texo presentado para la exposición el Broche del Árbol. 17 de Julio del 2010.



Árboles de ciudad. Collage. 5 x 7" 2010

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